El eleboro es una flor muy tóxica, se cuenta que en la antigua Grecia se usaba de veneno.
Debido a esta toxicidad y a su capacidad para florecer en pleno invierno, el eléboro ha sido visto como un símbolo de resiliencia, también asociado con el renacimiento, simbolizando la superación de los desafíos y la esperanza de una nueva vida.